Jueves, 5 de Febrero de 2009 / Otra cita con San Ramón

Participantes: Chrétien 'el Cronista' & el Barón Rojo (que iba de negro)

Hora de salida (Can Bou): 14:15
Hora de llegada (Can Bou): 15:50
Kilómetros recorridos: 39
Desayuno: No
Recorrido: Can Bou, La Sentiu, Gavá, Viladecans, San Ramón lado sur, San Ramón lado norte, San Climent, Viladecans, Gavá, Castelldefels
Incidencias: No

Climatología: Cielos muy cubiertos con algún que otro claro al principio. Más tarde el chaperrón, una caída de agua espectacular que nos hizo mojar hasta el último hueso

Crónica:

Es el día 5 de Febrero y aún no hemos sumado ni un kilómetro al contador. No es por ganas, que siempre las hay. Tampoco es que no hay tiempo, que se busca o se crea: es el otro tiempo que ultimamente nos suele jugar partes. Tuvimos que cancelar la salida del domingo. El martes dos cuartos de lo mismo... Por eso hoy, jueves, para ver si había suerte. Las chicas salieron esta mañana y recorrieron casi 20 kilómetros entre Gavá, Canal Olimpic y Port Ginesta, con sus 'puertos' particulares en la forma de puentes. Van cogiendo forma y, lo que es más importante, van cogiendo el gusto a la bici.

A los varones les tocó la tarde. El tiempo no era demasiado malo aunque tampoco muy prometedor. Por un lado grandes claros y por el otro en cielo muy gris, muy tapado, cargado de agua. Decidimos afrontar los elementos y echar la suerte ya que frío no hacía. De hecho, íbamos vestido en pantalón corto, maillot de manga corta y manguitos, tal vez muy optimista pero les puedo aseguara que a

ún este poco trapo sobraba. Y todo iba bien hasta ...

Hoy he quedado a las dos, como suele ser de costumbre los jueves. Llego al club, echo un poco de lubricante en cambiador y cadena y mientras hincho las ruedas con más aire (hoy iba a tocar mucho asfalto) voy consultando con 'ojo de experto' los movimientos de las nubes que parecen han vuelto para quedarse. Decidimos arriesgarnos, de hecho solo hay tiempo para dos horitas, y no podemos quedarnos demasiado tiempo indecisos.

El plan es atacar San ramón. Tal vez se acuerdan de la última vez que tenía cita con él (enlace a la memoria): subía bien hasta llegar al último tramo para topar con la última pared que separa gloria de fracaso. Se puede decir que San Ramón me ha dejado una espina en el corazón y hoy la iba a sacar.

Según me comenta Toni, Can Ferral está fatal. Han pasado las máquinas y han revuelto toda la superficie sin compactarla. Aunque se puede, es muy duro y desde luego no tenemos tiempo para este tipo de demoras hoy. Vamos por la carretera entonces. Can Bou lo dejamos para pa

sar por Castelldefels, el Castillo y la Sentiu. A la derecha para coger la carretera a Gava, la bajada a la izquierda, pasando por la rotonda y desde allí otra vez subir. Dejamos atrás la gasolinera de la BP, toca derecha, luego izquierda, y bajada hacia Can Ferral. Seguimos la calle hasta llegar a Viladecans.

Entramos San Ramón por donde el Campo de Béisbol y el Santo nos saluda en seguida con pendientes de hasta 20%. No es mucho pero tenemos ya unos 20 kilómetros en las piernas a un ritmo de casi 27 km/h. El cambio se hace notar y a mi me cuesta volver a entrar en ritmo de escalada y buscar una cadencia adecuada. Las pendientes se suavizan un poco y hay tiempo para charlas y comentarios. Y mientras así vamos cambiando y mejorando el mundo con nuestras ideas llega el plato fuerte, de hecho llegan tres platos fuertes. Tres rampas de tres pares de narices, que apenas te dejan descansar, se presentan: una trás otra.

En la primera dejo que Toni vaya primero y yo aprovecho para sacar una foto que demuestra la inclinación de la pendiente y enseguida le sigo. Mientras tanto, San Ramón empieza a 'llorar', a cuentagotas inicialmente, pero que luego se convierte en un llanto completo con lágrimas de cocodrilo. La última pared, donde perdí mi particualr pelea la última vez que visité el venerado, la tengo (bueno, la tenemos) que subir con los grifos abiertos. Aquí no hay piedad: San Ramón no regala nada. Planto el néumatico delantero firmamente en el suelo, me pongo de pie y empiezo a amartillar las plataformas de los WellGo (aún no me he acostumbrado a los automáticos aunque creo que dentro de poco haré el cambio). Uno, dos, tres y así hasta contar sesenta. La pared se suaviza y se vuelve a convertir en superrampa, y superrampas después de paredes son realizables. 20 mteros más y ... el gran OLE. Saco el palillo imaginatorio de mi bomba sanguinea e internamente celebro esta hazaña.

La pendiente es considerable y esto es solo el principio. A partir de

este punto hay tres de este tipo.

La lluvia, mientras, cae con fuerza. Parece que SR no está muy de acuerdo con mi trinfo particular, pero me da igual. Pongo el chubassquero que guardo en la mochila e inciamos la bajada, cuidaditos porque el suelo resbala. De hecho, esta bajada siempre es complicada. Cuando está seca patinas sobre la gravilla finita; con lluvia la arena compactada se convierte en pista de hielo.

Sin incidencias pero lleno de barro llegamos a la carretera que nos devuelve a San Climent. Una pequeña odisea. Tenemos frío y el agua no cede. Solamente al legar a Viladecans es cuando deja de llover y hasta se deja ver el sol timidamente. Pero ya no importa: ni una ducha nos podría mojar más. Volvemos a Castell por la Constitución esquivando coches que parecen tener más prisa que nosotros. Desde luego, esta carretera es un peligro. Vamos fuertes y no bajamos de los 25 km/h que, teniendo en cuenta el barro pegado al cuadro y la ropa mojada, no está nada mal. Por lo tanto no tardamos mucho. En la calle Granada nos despedimos y yo apunto la RS Revelation 426 que corona la parte delantera de mi cuadro hacia mi casa, que en este punto queda a exactamente 4,5 kms.

Subo las rampitas y una vez llegado a mi finca, antes de entrar en mi casa, lavo la Heckler. Hay que mimar este hierro. Y mientras la voy secando consulto el CK: 39, los primeros K de este mes. Van al contador.

Con Vaselina menos gasolina...